Pues eso, un viejo
balón abandonado en un parque. Ya no es nuevo, es viejo y ya no da alegrías a
los niños, se apaga su fuerza para cautivar la ilusión de los niños.
Sube en mi reflejo
azul y naveguemos en una nube blanca
Veremos bosques
infinitos que nos hablan, que no gritan
Veremos la luz que
besa el sol acariciando copas de árboles y tejados de casas
Al volver ya entrada
la noche el reflejo azul se vuelve débil
La nube blanca se
torna en un mosaico de pensamientos, azules y morados...
El reflejo azul se apaga
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