jueves, 20 de octubre de 2011

Callada intuyes...



Una noche cualquiera quedé atrapado en sus redes, sentí como si una burbuja  estallara en mi cara, levanté la linterna y la luz me desveló su secreto de tela de araña y allí en el centro estaba ella, en su trono de hilo de seda,  a la espera, sin tiempo, sin prisas, solo queda esperar… Apagué la linterna y seguí mi camino, no era yo a quien esperaba.

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