miércoles, 13 de noviembre de 2024

Ciclos

 


Pequeños regalos que brotan en secreto

Amar el campo nos puede llevar a una profunda conexión con lo esencial. Nos recuerda que la vida tiene ciclos, que hay tiempos para sembrar y tiempos para recoger, tiempos de abundancia y de descanso. En la ciudad, donde el cambio de estación se siente apenas, este ritmo natural puede perderse; pero el campo, con sus lluvias y sus frutos de temporada, nos devuelve la sensación de pertenencia a algo mucho más grande. Es una especie de amor sencillo y profundo, un compromiso tácito de cuidar lo que amamos, de escuchar a la tierra y dejar que ella nos cuide también.