Vivos colores invaden mi mirada que
como señales de humo viajan con el viento pintando el paisaje de
variados matices, es como un sueño que pasa, deja huella y no se
desvanece como el viento al despertar. Miro sus colores reflejados en
el cielo desde el paseo y mi pensamiento viaja, viaja más allá del
entendimiento intentando descifrar cada color y cada tono de lo que veo.
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