Callada intuyes...
Una noche cualquiera quedé
atrapado en sus redes, sentí como si una burbuja estallara en mi cara, levanté la linterna y
la luz me desveló su secreto de tela de araña y allí en el centro estaba ella,
en su trono de hilo de seda, a la espera,
sin tiempo, sin prisas, solo queda esperar… Apagué la linterna y seguí mi
camino, no era yo a quien esperaba.
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