Las once y cuarto.
Me acuerdo mientras hago esta foto
como fue mi niñez en el pueblo, cuando las campanadas de las horas
llegaban a los campos anunciando la hora de volver a casa. En esa
época el reloj del campanario era un referente que reclamaba el
interés de todos los que pasaban por la plaza, hoy ignorado por casi
todos, sigue dando puntualmente las horas. Anunciando fiestas
patronales, defunciones y horas de misa. Marcador de tiempo, edad y
momento, de pasado y presente.